lunes, 5 de enero de 2015

MONASTERIO DE SAN JUAN DE LA PEÑA

Monasterio San Juan de la Peña (Huesca)
Tras la entrada de Tarik en España y derrotado en 711 don Rodrigo en Guadalete, el ejército islámico avanzó con rapidez por la península ibérica. El 712, Acisclo, obispo de Huesca huyó de la misma ante el avance infiel, llevando consigo el Grial que San Lorenzo había hecho llegar a esa ciudad. Se refugió en una cueva-santuario en Yebra de Basa.
Y como él, muchos cristianos buscaron refugio en cuevas, permaneciendo bastantes de las mismas con santuarios rupestres hasta la actualidad. Por nombrar algunas de las aragoneses citaré:
Virgen de la Peña en Aniés, San Cristóbal en Bolea, Gorgas de San Julián en Lierta, San Martín de la Val D´Onsera, San Martín de Capella, Virgen de la Peña en Santa Cilia de Jaca, Virgen de la Cueva en Oroel, o la propia de San Juan de la Peña, entre muchas otras (Lugares Mágicos del Altoaragón. Adolfo Castán. Publicaciones y Ediciones del Alto Aragón, S.A. 2000).
Todas ellas en su origen son lugares sencillos, como corresponde a los eremitas que las ocupan. Sin más edificación que lo necesario para proveer sus austeras necesidades corporales y espirituales.
¿Por qué San Juan de la Peña, una más entre las nombradas, llegó a ser lugar preferente en la consolidación del reino de Aragón?
Aquí es donde interviene la tradición o la leyenda. Cuenta que a principios del siglo VIII, un noble joven de Zaragoza llamado Voto persiguiendo un ciervo cayó con su caballo por el acantilado de la sierra de la Peña. Habiéndose encomendado en su caída a San Juan, se posó el caballo con suavidad en una roca donde dejó sus cascos marcados. A partir de ese lugar siguió una senda que le condujo a la cueva en la que yacía el cuerpo del eremita Juan de Atarés. Su cabeza reposaba en una piedra en la que había la siguiente inscripción: "Ego Ioannes. Primus. In hoc loco, heremita, qui ab amorem Dei, hac ecclesiam fabricavi, in honorem sancti Ioannis Baptiste. Hic, requiesco, Amen" ("Yo Juan. Primero. En este contexto, el ermitaño, que desde el amor de Dios, esta iglesia construida en honor de San Juan Bautista. Aquí, descanso, amén.").
Volvió a Zaragoza y convenció con su relato a su hermano Félix para vender sus bienes, hacer limosna y luego retirarse como eremitas a la cueva de San Juan.
Ambos murieron allí y fueron sepultados junto al beato Juan de Atarés. Tras ellos, otros anacoretas mantuvieron habitado el lugar: Marcelo y Benedicto, entre otros. Hacia el año 858 García Jiménez, rey de Pamplona y Galindo II conde de Aragón favorecieron al pequeño eremitorio, haciéndose enterrar allí el rey pamplonés.
En el año 920 fue consagrada la iglesia mozárabe en tiempo del conde de Aragón Galindo Aznárez II. En 959 el rey García Sánchez concedió a los monjes derecho de jurisdicción y Sancho II García y su hijo Sancho III el Mayor continuaron con la política de protección. El propio Sancho III fundó en 1025 un monasterio nuevo sobre el mozárabe existente.
Y así llegamos a 1071 época en la que Sancho Ramírez, el rey aragonés "europeísta" edifica la iglesia superior así como las dependencias monásticas. Su consagración se recoge en documentos de la colección diplomática de Pedro I, que indican "La otra ocasión en que el Rey don Pedro dexó el exercito y subió a San Juan de la Peña fua acompañado de sus ricos hombres y de muchos Obispos y Prelados, para celebrar, como celebró con gran solemnidad, la dedicación y consagración del templo que oy gozamos, el qual avia dexado casi concluido su padre el Rey don Sancho. Hizose esta consagración por Amato arçobispo de Burdeus, Legado Pontificio del Papa Urbano II, que estaba con el Rey en el exercito animando a la expedición santa de la conquista de Huesca, xon muy grandes indulgencias y gracias del Sumo Pontifice. Asistieron a este acto, además del rey don Pedro, su tía la Condesa doña Sancha, y los ricos hombres de su Reyno, los Obispos don Pedro de Jaca, y Godofredo de Magallona, Frotardo Abad de san Ponce de Tomeras en Francia, Aimerico Abad de San Salvador de Leyre. Fue la solemnidad en Lunes, día de Santa Bárbara, a 4 de Diciembre de la era 1132 en el año de 1094" ("Historia de la Fundación y antigüedades de San Juan de la Peña y de los Reyes de Aragón, Sobrarbe y Navarra: Juan Briz Martínez, abad del monasterio en 1620". Citado por Ara mendía. Tomo V de EL Románico en Aragón. Ed. Leyere. 2003).
El mismo Juan Briz, achaca el languidecimiento de San Juan de la Peña a Ramón Berenguer IV conde de Barcelona, desposado con la Reina doña Petronila, hija del Rey Ramiro II "El Monje": "Pero aquellos antiguos Condes, vivieron sin cuydado desta Real casa, porque no pertenecía a su jurisdicción y Provincia. En consideración de los mismos también estoy desobligado de historiar las hazañas deste conde don Ramón Berenguer y desde aora levanto la mano de tratar las cosas de los Reyes sus sucessores; porque aunque todos estimaron mucho esta Real casa, pero de ninguno se puede contar acrecentamiento de consideración para ella siendo este Conde el instrumento y principio de averla olvidado.... Y don Ramón Berenguer por ser extrangero destas tierras, ni atendió a semejantes respetos ni se acordó de encargar a sus sucesores que pusiesen aquí sus entierros. Antes el fue el que dió principio al famoso monasterio de Poblet, donde ha puesto, despues, sus sepulcros bien magnificos y costossos, los Reyes de Aragón, con que se olvidaron las antiguas memorias desta Real casa. Demas que este Conde, movido de algunas razones que le parecieron convincentes, vació este Archivo de sus antigua escrituras y trasladó las mas de ellas al real de Barcelona"
El año 1675, un 24 de febrero un incendio nocturno provocó la devastación del decadente monasterio. Duró tres días enteros y fue tan destructivo que la comunidad tomó la decisión de edificar un nuevo monasterio en la explanada de San Indalecio. En septiembre de 1682, se trasladaron a las nuevas dependencias, abandonando San Juan de la Peña.
Con la independencia de Aragón como reino se convirtió en foco de las reformas cluniacense y litúrgica, así como panteón de sus reyes y nobles. En cambio, la unión de Aragón y Cataluña, como hemos visto reflejado en las letras del abad Briz, le restó protagonismo.
Después, el fuego, la invasión napoleónica y la desamortización de Mendizábal en 1836 lo transformaron en una más de las muchas gloriosas ruinas de nuestra geografía.

3 comentarios:

  1. Válgame el Señor, qué cantidad de cosas se relatan en tan corto espacio... Fascinante, es como ver pasar a cámara rápida décadas de acontecimientos y personajes... Me doy cuenta de que el tiempo actual -de media vida- es sólo un instante en medio de lo acontecido y de lo que está por venir.
    Gracias por el post.
    Nota: Petronila ya se ha 'colado' en dos posts, así cómo quién no quiere la cosa xD !

    ResponderEliminar
  2. ¡ La Petronila, es mucha Petronila ! xD...
    Gracias por comentar.

    ResponderEliminar

3 comentarios:

  1. Válgame el Señor, qué cantidad de cosas se relatan en tan corto espacio... Fascinante, es como ver pasar a cámara rápida décadas de acontecimientos y personajes... Me doy cuenta de que el tiempo actual -de media vida- es sólo un instante en medio de lo acontecido y de lo que está por venir.
    Gracias por el post.
    Nota: Petronila ya se ha 'colado' en dos posts, así cómo quién no quiere la cosa xD !

    ResponderEliminar
  2. ¡ La Petronila, es mucha Petronila ! xD...
    Gracias por comentar.

    ResponderEliminar