lunes, 9 de marzo de 2015

CONSECUENCIAS DEMOGRÁFICAS DE LA PESTE NEGRA

Sin duda fue en el terreno demográfico donde el impacto de las mortandades se hizo sentir de manera más directa. Medir su alcance efectivo es, no obstante, sumamente difícil, pudiéndose señalar a lo sumo algunas tendencias indicativas. Así se piensa que, en general, la epidemia causó mayores estragos en las zonas litorales que en las interiores. Igualmente se estima que la pestilencia se propagaba con mayor facilidad en los núcleos urbanos, en los que el contagio era mayor que en los rurales. Por lo que se refiere a su incidencia social, parece que sus efectos fueron más acusados entre las capas populares que entre los poderosos. No obstante, hasta los reyes podían sucumbir a la epidemia, según se vio en el caso de Alfonso XI de Castilla. Los judíos, acusados de provocar el mal, no fueron respetados por la mortandad, lo que se comprueba analizando las inscripciones funerarias del cementerio hebraico de Toledo. De un total de 25 inscripciones fechadas entre 1205 y 1415, nueve son del año 1349, indicándose en todos los casos que aquéllos murieron a consecuencia de la peste.

Cuantificar la mortandad causada por la Peste Negra es de todo punto imposible, salvo, a lo sumo, para determinados ámbitos regionales o locales. Por lo que se refiere a los reinos peninsulares, los estudios de esta naturaleza afectan, preferentemente, a la Corona de Aragón
Recordemos algunos ejemplos significativos. Entre 1342 y 1385 la población de Teruel disminuyó en un 37 por 100 y, si tenemos en cuenta el conjunto formado por la ciudad y sus aldeas, en un 35,8 por 100, según investigaciones de Russell Aunque la Peste Negra no fuera la única responsable de ese descenso, producido en el transcurso de casi medio siglo, cabe pensar que su protagonismo en el mismo fue muy grande. En la plana de Vic, según los trabajos realizados por Pladevall, la población experimentó un retroceso espectacular a consecuencia de la Peste Negra, pasando de unos 16.500 habitantes antes de la primera mortandad a sólo unos 5.500 con posterioridad a la misma, lo que representaría la pérdida de unos dos tercios de sus efectivos demográficos. En Mallorca, de acuerdo con los estudios de Santamaría, perecieron el 4,4 por 100 de los habitantes de la ciudad de Palma y el 23,5 por 100 de los residentes en los núcleos rurales. Si de la Corona de Aragón pasamos al reino de Navarra, encontraremos un panorama semejante. Así, en la merindad de Estella, basándonos en los datos aportados por Carrasca, hubo un brusco descenso poblacional entre 1330 y 1350, siendo lógico pensar que la causa principal del mismo fuera la gran mortandad. Claro que, en sentido contrario, hay igualmente algunos ejemplos ilustrativos de regiones o de comunidades poco afectadas por la pestilencia. En la plana de Castellón, como ha demostrado Doñate, no hubo mortandad por este motivo y apenas causó víctimas entre los Hospitarios de Aragón, como ha probado Luttrell.
La mortandad ha sido igualmente estudiada a través de caminos indirectos, como las vacantes en los cargos eclesiásticos o municipales, la multiplicación de los testamentos, el aumento del número de huérfanos, etc., aunque es muy difícil efectuar progresos importantes en el terreno de la cuantificación de las mortandades. Parece, en cambio, más fructífera la investigación acerca de los despoblados. En principio hay que admitir que existe una estrecha relación entre la propagación de epidemias de mortandad y el incremento del número de despoblados. Es evidente que éstos pueden producirse en cualquier época y obedecer a las más variadas causas. El abandono de un lugar raramente se produce de golpe. Lo habitual es que a la despoblación se llegue a través de un proceso, más o menos largo, por lo que difícilmente puede achacarse a la Peste Negra un papel de protagonismo exclusivo. Pero no es menos cierto que la primera gran mortandad incidió de forma directa en el proceso despoblador, realidad indiscutible en los reinos hispánicos desde mediados del siglo XIV. Cabrillana, el principal estudioso de los despoblados en la Península Ibérica, ha afirmado categóricamente que la aparición en España de la Peste Negra borró del mapa, para siempre, buena cantidad de lugares. Conviene advertir, sin embargo, que el abandono de un núcleo de población no presupone necesariamente que todos sus habitantes hubiesen fallecido. Con frecuencia se despoblaban aquellos lugares con unas condiciones de explotación de la tierra poco favorables, por más que la presencia de la epidemia fuera el aldabonazo definitivo.
En Cataluña, numerosas tierras quedaron abandonadas a raíz de la propagación de la Peste Negra. Son los masas rónecs de los documentos, que tanta importancia tuvieron, algunos años más tarde, en la génesis del alzamiento remensa. Por lo que se refiere a Portugal, l. V. Gonlçalves ha aportado testimonios documentales de numerosos lugares que se despoblaron tras el impacto de la pestilencia (Ponte de Lima, Santar, Vale de Lobo, Ferreira, etc.). En los libros de cuentas del cabildo catedralicio de Burgos del año 1352, el racionero inscribió como vacías a diversas heredades, presumiblemente a consecuencia de la Peste Negra. El Becerro de las Behetrías, confeccionado hacia 1352, registra numerosos núcleos de población de la cuenca del Duero abandonados, acaso a raíz de la gran mortandad. En algunos casos se menciona explícitamente la peste, como en Estepar, del que se dice: desde la mortandad acá non pagan martiniega que se hyermó el dicho lugar. En el obispado de Palencia, Cabrillana, contrastando una estadística de la citada diócesis del año 1345 con el mencionado Becerro de las Behetrías, ha llegado a la conclusión de que sobre un total de 420 lugares que figuran en el primer testimonio documental, 88 habían desaparecido en el segundo, es decir, el 20,9 por 100. La causa de dicho abandono no podía ser otra sino la difusión de la Peste Negra en el territorio aludido. Es posible que estas conclusiones deban de ser matizadas (algunos núcleos de población no figuran en el Becerro por razones que ignoramos, pero no porque se hallasen deshabitados; el proceso despoblador en la Tierra de Campos venía de atrás, etc.), pero en cualquier caso la incidencia de la mortandad parece evidente.
Otro aspecto demográfico, relacionado con la propagación de la Peste Negra, fue la acentuación del proceso migratorio del campo a la ciudad. Nada importaba que en los núcleos urbanos las posibilidades de contagio fueran mayores. Las gentes que huían despavoridas de las miserables aldeas creían encontrar en las ciudades no sólo un trabajo mejor remunerado (por el alza de los salarios de los menestrales), sino también un apoyo psicológico a su desamparo.


AUTOR: Sergio Pérez Guerra.
FUENTE: Red

2 comentarios:

  1. Yo soy partidario de la idea de que, al no conocer lo que causaba dicha enfermedad, la gente huía de las poblaciones en las que se desataba la alarma. Es increíble la mortandad tan enorme... entorno al treinta por ciento...
    El otro día escuché en la radio que en Sudamérica, en la actualidad, se está produciendo rebrotes de esta enfermedad de forma alarmante... Y es que, aunque el tiempo pase y los conocimientos sean mayores, sin embargo, el tema del desarrollo y del dinero siguen siendo causa de muerte.
    Pero, lo que más me inquieta es que aún no exista una vacuna para esta enfermedad, al menos eso es lo que tengo entendido.

    Gracias por el post !

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  2. Creo que el tema de las vacunas obedece más bien al terreno económico y dan por erradicada la enfermedad debido al adelanto en cuestión de higiene, etc. lo cierto es que en medicina no hay que bajar nunca la guardia.
    ¡ Muchas gracias por comentar !.

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2 comentarios:

  1. Yo soy partidario de la idea de que, al no conocer lo que causaba dicha enfermedad, la gente huía de las poblaciones en las que se desataba la alarma. Es increíble la mortandad tan enorme... entorno al treinta por ciento...
    El otro día escuché en la radio que en Sudamérica, en la actualidad, se está produciendo rebrotes de esta enfermedad de forma alarmante... Y es que, aunque el tiempo pase y los conocimientos sean mayores, sin embargo, el tema del desarrollo y del dinero siguen siendo causa de muerte.
    Pero, lo que más me inquieta es que aún no exista una vacuna para esta enfermedad, al menos eso es lo que tengo entendido.

    Gracias por el post !

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  2. Creo que el tema de las vacunas obedece más bien al terreno económico y dan por erradicada la enfermedad debido al adelanto en cuestión de higiene, etc. lo cierto es que en medicina no hay que bajar nunca la guardia.
    ¡ Muchas gracias por comentar !.

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