miércoles, 4 de febrero de 2015

PAPA LUNA. BENEDICTO XIII, UN ARAGONÉS CON CARÁCTER


Nació en la cuna de una de las doce familias más influyente y con mayor estirpe nobiliaria de Aragón, segundo hijo de Juan Martínez de Luna “Barón de Luna y Conde de Morata”, Señor de la Comarca del río Aranda, y de María Pérez de Gotor, nieta de Miguel Pérez de Gotor (hombre de confianza del rey aragonés Jaime II), y viznieta de Blasco de Gotor (miembro del séquito real de Jaime I).

Pedro Martínez de Luna, nació en abril de 1328 en la población de Illueca, Su carácter independiente e indomable hizo fuera querido y odiado a partes iguales y testigo del devenir europeo en una época muy convulsa, teólogo, cardenal y Pontífice, y finalmente, Antipapa y hereje.


Fiel amigo de Enrique de Trastámara pretendiente a la Corona de Castilla y aliado de Pedro IV de Aragón, al que le salvará la vida tras el desastre de Nájera ofreciéndole refugio en Illueca y llevándolo a la corte de Aviñón, lejos de sus enemigos 

Se licenció y doctoró en Derecho Civil y Canónico y ganó la cátedra de Prima en Cánones en la Universidad de Montpellier, pronto adquirió fama de gran intelectual y defensor de la Iglesia, a pesar de no ser sacerdote.
En 1369 y tras casi un año en Montpellier, vuelve a la Corona de Aragón, es nombrado candidato al arzobispado de Valencia, Gregorio XI le nombra titular de la diócesis de Palermo donde desarrollará una gran actividad. Marcha a Roma con el Colegio Cardenalicio (20 diciembre 1375), allí, encontraron al Lacio agitado por intereses partidistas, el Papa, en vistas del peligro, se planteó regresar, sin embargo Pedro de Luna, tratará de salvar la empresa que les había sacado de Aviñón. Después de semanas de violencia, el Papa fallece (1378). Antes de morir y sabiendo que la Iglesia podía colapsarse por el enfrentamiento entre los partidarios que quería un Pontífice italiano y la influencia del Monarca francés dentro del cardenalato partidarios de volver a tierras galas, ordeno, que eligiesen a su sucesor libres de toda presión. 

Pedro de Luna, preparo el cónclave cardenalicio para designar sucesor y que se inauguró el 7 de abril de 1378. La composición del colegio, con 16 miembros divididos en tres facciones (partido limosín, partido francés y partido italiano). El adjunto aragonés tenia todo en contra, los cardenales, los intelectuales y nobles locales conspiraban y manipulaban a la chusma que alborotados exigía un Pontífice italiano. Al final, se asaltó la mansión donde se celebraba la asamblea, tomando como rehén al Sacro Colegio para forzar la nominación bajo amenaza de muerte.

En medio de este caos, el aragonés con gran aplomo intentara aislar la reunión y extenderá el rumor del envío de tropas francesas para socorrer a los prelados, se difunde la falsa designación como nuevo Papa del cardenal francés Juan de Barre. En el pueblo, salta el descontento, masacran a los sirvientes, para salvar sus vidas, parte de los eclesiásticos, huyeron al Castillo de Sant’Angelo, el aragonés, no tiene otra elección para frenar el descontento que prometer otra votación, en tres días (18 de abril de 1378), los cardenales y en modo alguno unánime (faltaban seis cardenales, que permanecían en Avignon, y otro más que ejercía de representante en el Congreso de Sarzana) eligen al italiano Bartolomeo de Prignano “Urbano VI”.

El nuevo Papa, usó de su autoridad de modo dictatorial no sólo como verdadero Papa, sino con despotismo, se dedicó a otorgar cargos y rentas a los italianos, mientras atacaba a los cardenales franceses que abandonan Roma. El cardenal galo Pedro de Arlés crea una facción opositora a Roma. El 26 de julio de 1378 la mayoría de los electores se reunía en la población de Anagni. Europa se divide entre las dos facciones Francia y Nápoles apoyaron a los desafectos; Inglaterra, al Papa. l 9 de agosto de 1378 los 13 cardenales rebeldes declararon en un documento que: la nominación de Urbano VI era nula por haberse celebrado sin libertad por lo que la Santa Sede seguía vacante motivo por el que se debia de celebrarse un nuevo cónclave. El 20 de septiembre de 1378, en Fondi (Nápoles), Roberto de Ginebra, familiar del rey francés, fue elegido Papa con el nombre de Clemente VII, Pedro de Luna se mostrará sutil, competente y minucioso, manteniéndose al margen de las luchas internas. Esta actitud la mantendrá con el primer Papa del Cisma, Clemente VII. Nacía el Cisma de Occidente (1378-1417), la cristiandad tuvo dos papas y se dividió en dos obediencias........ 

¿Como se genera todo este Cisma en la Iglesia?, hubo varios motivos que voy a intentar explicaos

El siglo XIV, Europa se encuentra entre el nacimiento de nuevas naciones y el feudalismo. Es una sociedad medieval en transición, que busca abrazar un mundo distinto al vivido durante mil años. Por ello, cualquier entramado político, indefectiblemente, acababa en guerra.

La participación de la Iglesia en la “Guerra de los Cien Años” (que realmente duró 116 años del 1 de enero de 1337 al 17 de octubre de 1453) . En este conflicto, en el territorio controlado por los franceses, el clero se someterá a los intereses políticos. 

Al mismo tiempo, en la Península Ibérica, Castilla se hundía en una guerra civil entre Pedro I el”Cruel” y su hermanastro Enrique de Trastámara. Ambos serán apoyados por ingleses y franceses, internacionalizándose la lucha. Muestra de esta extensión de la guerra será el apoyo de la Corona de Aragón al pretendiente castellano, naciendo así la “Guerra de los dos Pedros” (1356-1369) A la par, la Europa balcánica, sufrirá los envites otomanos, mientras que el Imperio Bizantino se resiste a desaparecer.

Felipe IV de Francia en 1305, impone razón de Estado y coloca en el Solio Pontificio a Clemente V, arzobispo de Bordeaux, quien se hizo proclamar en Lyon e instaló su corte en Aviñón. La política pro francesa de sus sucesores crearía en Europa un gran recelo hacia el Pontífice en un siglo lleno de contratiempos. El rey francés, acuciado por las deudas ocasionadas por el rescate de su abuelo Luis IX (al cual, mando canonizar), durante la séptima cruzada, expulsaría a los judíos en 1306 y pidió la supresión de la Orden del Temple en 1307. Tras un juicio de siete años al que estuvieron sujetos cerca de quince mil templarios, fueron llevados a prisión y torturado para que admitieran su herejía, entre ellos el Gran Maestre, Jacques de Molay. El Gran Maestre de la orden, pereció en la hoguera en París en el año 1314, una terrible estratagema para hacerse con las riquezas de los judíos y templarios presionando al títere que había colocado en el trono de San Pedro para que acusara a la Orden de sacrilegio, herejía, sodomía e idolatría].

........ En esta época el Papado se estaba desmoronando, se generalizó el descrédito de un clero corrupto. Pedro de Luna reaccionará con realismo, de carácter práctico, profundizó en materias tan dispares como las matemáticas, la contabilidad, la geometría, las ciencias naturales, la física y la mecánica. Se convirtió en un autodidacta, un humanista independiente que valora y extrae lo más importante de las nuevas teorías, poseedor de una vasta formación, se erige en valedor del ideario eclesiástico. La defensa a ultranza del Papado será su principal objetivo, Piensa que la pérdida de su esencia es el trasfondo del cambio de pensamiento y no cederá nunca ante la supremacía del Estado sobre la Iglesia. Luchará con la indiferencia religiosa y la depravación de los altos cargos eclesiásticos, bases de la debacle del cristianismo occidental.

Para Aviñón, la Península era la clave. Por ello se orquestó una gran ofensiva diplomática cuyo eje era Pedro de Luna. Varios factores le convirtieron en legado pontificio: sus amistades en Aragón, su gran influencia en la corte castellana, ser testigo de excepción del cónclave que eligió a Urbano VI y ser un entusiasta defensor de la legitimidad del nuevo Papa. Su cometido era casi imposible: Aragón y Castilla debían obedecer al Pontífice y ayudar a Francia. 

Además, debía persuadir a Navarra y Portugal, con Portugal fracasó, el país, convulsionado por la independencia, era ajeno a los problemas religiosos. Castilla, Aragón, Navarra, Francia, Brabante, Irlanda, Escocia Foix y Armagnac obedecían a Clemente y todo gracias al genio diplomático del aragonés y de sus ayudantes valencianos. Europa quedaba en paz por un tiempo. Castilla es la primera monarquía en reconocer al nuevo papa, a la que seguirán Juan I de Aragón y Carlos III de Navarra. Pedro de Luna como representante de Clemente VIII, viaja también a Francia, Flandes, Lieja, Escocia, Irlanda e Inglaterra, logrando el favor sólo de Escocia y Francia. El reino de Nápoles y el sur de Alemania se declararán también partidarios suyos, mientras Portugal alternará su favor entre ambos papas en función de su situación política. Por parte de Urbano VI, le apoyarán Inglaterra, norte de Alemania, Hungría, Polonia, Dinamarca, Suecia, Noruega e Italia, excepto el reino de Nápoles.

Planteado el cisma en toda su crudeza, Clemente VIII se dispone a acabar con su oponente mediante la fuerza, si bien el intento de invadir Roma se salda con la derrota de sus ejércitos en Carpineto. Decide entonces instalar su residencia en Avignon acompañado de tres cardenales. 

Todo anduvo bien para Francia durante el pontificado del dócil y complaciente Clemente VII, hasta que el 16 septiembre 1394 por una apoplejía muere Clemente a los 52 años. Los cardenales quisieron antes de elegir un sustituto consultar al gobierno francés, Francia no quería que se empezase el cónclave hasta que llegase una embajada suya para que la decisión fuera amparada por la Corona francesa, Pedro de Luna no accedió a presiones, e impuso su autoridad para que la elección se realizase antes de llegar cualquier delegación extranjera. El 26 de septiembre de 1394 comenzó la reunión. Justo antes de su inicio llegó un mensaje de Carlos VI de Francia para elegir un cardenal italiano partidario suyo, sin embargo, el aragonés, no estaba dispuesto a las intromisiones de todo poder secular y no leyó la carta alejando toda presión externa.
Después de varias votaciones en las que el aragonés, se había negado a recibir la tiara, el 28 de septiembre y casi por unanimidad, es elegido nuevo Pontífice, cediendo por el rotundo acuerdo de los cardenales. El 3 de octubre es ordenado sacerdote y obispo y el 11 coronado y adoptando el nombre de Benedicto XIII. Cuando los emisarios del rey de Francia entraron en Aviñón, Pedro de Luna (66 años), era ya Papa.

El Pontificado no había recaído en un francés. Francia no manejaba la parte de la Iglesia obediente al Papa de Aviñón, y lo que era peor, el nuevo Papa era un aragonés a quien aún reconocían como casi compatriota los hombres del Midi occitano. 
En el mismo instante del comienzo de su pontificado, comenzó la lucha que duro 28 años entre un poder civil, hostil y fuerte, contra un anciano pequeño, delgado y débil de cuerpo pero enérgico de espíritu y con una inquebrantable firmeza. Francia, tendrá como objetivo prioritario colocar un sustituto al que pueda influenciar y hará todo lo posible para que Papa Luna abdique.

El Monarca francés, utilizaría la diplomacia para quitarle los apoyos al nuevo Papa, retirar los fondos y ayudas destinados a mantener la corte papal en Aviñón (1398), desprestigiarle e incluso declararle la guerra; pero a Pedro de Luna le quedaban apoyos, entre ellos el duque de Orleans, hermano del monarca francés, que se convirtió en el mejor defensor del Papa hasta su asesinato por orden del duque de Borgoña, Juan “Sin Miedo”, tambien Escocia y los reinos de Castilla y en especial el Reino de Aragón, el Papa necesitaba el amparo de su Rey con el que firmó una alianza el 31 de mayo de 1397. 

Resumir esta etapa es muy difícil, ya que se produjeron estrategias dispares pero intentare señalar algunos de los acontecimientos relevantes aunque seguro me dejo muchos de ellos.

Intentaron arrebatarle sus cardenales los cuales eran fáciles de comprar, salvo el de Pamplona que le era fiel, y asi, acusarle de impostor; El rey de Francia buscó la alianza con el emperador y un acercamiento con Inglaterra. El terco Benedicto XIII, sólo tuvo una respuesta: jamás admitiría las órdenes del rey de Francia, es en estos momentos cuando decide que será Pontífice hasta su muerte

Hasta sus mismos enemigos reconocen su alma fuertemente eclesiástica, sus costumbres irreprochables y su talento. A pesar de este reconocimiento expreso de su virtud y de su ciencia, sus enemigos, que lo son casi cuantos escriben de historia, lo llaman terco por confundir la entereza con la tozudez, orgulloso y déspota por confundir la dignidad con la soberbia; no le atribuyen otro defecto que el de poseer con exceso buenas cualidades.

En junio de 1397, recibe nuevas presiones, Castilla, Francia e Inglaterra manda sus delegados para exigirle la renuncia. Benedicto dilató durante un mes la respuesta; hartos, los delegados marcharon a Roma con el mismo objetivo. En una jugada maestra, Pedro de Luna envió un mensaje para convencer a Bonifacio que ninguno de los Papas debía ceder frente a Francia y el Imperio. El Cisma sólo concernía a la Iglesia, no a los reyes. La respuesta fue positiva. 

El 1 de septiembre de 1398 Francia le negó su obediencia, le reprobó y le declaró la guerra, el Consejo Real obliga a los cardenales de Avignon a salir de la ciudad, quedando tan sólo cinco de ellos junto a Benedicto XIII. El cardenal Juan de Neuchatel provoca una rebelión popular a estancias del rey francés y como inicio al asalto a la ciudad por parte de las tropas de Godofredo de Boucicaut; todo empieza el 4 de septiembre, el pueblo es prácticamente exterminado y el propio Pontífice a sus 70 años es herido, y obligado a refugiarse en la fortaleza de Aviñón. Martín I de Aragón, se mantiene al margen, pero en esta ocasión exigió explicaciones al rey de Francia, quien hizo caso omiso y no se dio por enterado. A partir de aquí, el monarca impulsará acciones diplomáticas para ayudar al anciano. La Iglesia de la Corona de Aragón, por su parte, fletará con su dinero una escuadra de 26 naves para auxiliarle. Sin embargo no pudieron llegar.

El 11 mayo 1403, y tras cinco años de asedio, llegan las tropas enviadas por el Monarca aragonés al mando de Jaime de Prades; el Papa es liberado y escoltado junto con una pequeña comitiva, se dirigió a Castellrenard, donde se hospedó en un bastión de su amigo Luis de Anjou, tío del rey de Francia, ayudado por tropas aragonesas, marcha a Marsella y Niza. Su intención es viajar a Roma para convencer a Bonifacio para acabar con el Cisma y liberar a la Iglesia del control de Francia. Mientras, en la ciudad eterna, la familia de Bonifacio IX obstaculizaba a los mensajeros de Pedro de Luna. El 1 de octubre 1404 fallece el Papa romano. Inmediatamente se encarcela a los enviados de Benedicto acusados de asesinato. La violencia vuelve, obligando a un rápido cónclave. Se elige al italiano Inocencio VII (17 octubre 1404). Hombre de paz, podía llegar a un acuerdo con Aviñón. A Francia le preocupaba que fuese presa fácil para Benedicto XIII. 

Nápoles, aliado de Aragón, atacó el Vaticano. El Papa romano huyó, quedando la Santa Sede vacante. Benedicto XIII embarcó en Marsella el 7 mayo 1405 atracó en Génova, quería que Europa supiese que la unidad era posible, pero fue frenado por la peste, Inocencio VII, moría. Francia amañó el nuevo cónclave, eligiendo al nuevo Papa Gregorio XII el 11 de diciembre 1406. Benedicto XIII ensaya entonces la vía compromissi para acabar con el cisma y propone encontrarse con el nuevo Pontifice de Roma en la ciudad de Savona en 1407. El papa de Avignon estaba seguro de poder convencer a su oponente, asentado a su sólida formación jurídica y sus dotes dialécticas; sin embargo, el encuentro nunca llegó a producirse por la ausencia del pontífice romano. En la primavera de 1408, Gregorio XII, hizo sublevar a sus cardenales. La oposición francesa conseguirá aislar al Papa Luna, quien contará sólo con el favor de Navarra y Aragón.

Francia Escribe a todos los reyes y obispos y convocar un Concilio ecuménico a celebrar en Pisa el 25 de marzo de 1408. Benedicto XIII tiene previsto presentar su renuncia durante el Concilio, para lo que envía legados plenipotenciarios. Sin embargo, el rey francés opta por intervenir de manera directa en el conflicto para lograr la deposición de ambos papas, retrasando la emisión de salvoconductos que impiden la llegada a tiempo de ambas delegaciones. Así, durante la sesión XV y en ausencia de los representantes de Gregorio XII y Bendecito XIII, se derroca a ambos papas por "herejes y por fautores del cisma". Allí, culminó el hundimiento de la Iglesia con la elección de un tercer Papa, Alejandro V , un franciscano italiano de origen griego que fue coronado el 7 de julio de 1409.

Ambos Papas derrocados convocaron sus respectivos concilios Benedicto en Perpiñán con el apoyo de Aragón, Castilla, Escocia y Navarra. Gregorio en Aquilea, apoyado por Roma, Hungría, Escandinavia, Venecia, Nápoles y parte de los territorios germanos; Francia, Inglaterra, Portugal, Polonia y la mayoría de los principados alemanes apoyan el concilio de Pisa

La cuestión se complica aun más al fallecer en 1410 el papa Alejandro V y ser elegido el 17 de mayo de 1410 Juan XXIII; éste, inició una cruzada contra Aviñón. Se organiza un nuevo Concilio en Constanza en 1414 y auspiciado por el emperador alemán Segismundo de Luxemburgo, pretende acabar con la tricefalia de la Iglesia mediante la renuncia de los tres papas y la elección consensuada de un nuevo pontífice. El modo de elección, por naciones y no individualmente, y a cargo tanto de laicos como de eclesiásticos, perjudica notablemente a Juan XXIII, quien se ve obligado a dimitir y termina encarcelado por el embajador Imperial Pipo de Ozora. Gregorio XII, por su parte, presentó su renuncia durante la reunión XIV. Benedicto XIII pretende quedar como único papa alegando haber sido elegido antes del Cisma, en vista de lo cual hubo de ser depuesto por el Concilio que le declaró antipapa, cismático y hereje.. En 1417 fue elegido papa el cardenal Otón Colonna, con el nombre de Martín V, dando así por concluido el Cisma de Occidente. Los últimos apoyos que le quedaban dejan solo a Benedicto XIII, al acatar sus cardenales las determinaciones del Concilio, Aragón, Castilla, Escocia y Navarra, le retiran su reconocimiento.

El 1 de diciembre del 1415 Benedicto XIII, abandona Aviñón camino a su Patria, la Corona de Aragón, sus últimos ocho años vivirá en Peñiscola, en la antigua fortaleza templaria que le fue donada por la Orden de Montesa, junto con cuatro cardenales, su sobrino Rodrigo y una escolta de tropas aragonesas.

En el palacio, Fernando I le exigirá que reconozca su ilegitimidad. La respuesta será rotunda: si él no era el verdadero Papa, sus actos eran nulos, incluso la elección de la nueva dinastía de Aragón la cual apoyo en Caspe. La reacción fue la “Capitulación de Narbona” (6 febrero 1416), texto en el que se negaba la validez de su Pontificado. No contentos con todas las traiciones sufridas tanto por la Iglesia que amaba, por quien defendió y la Fé que procesaba, el anciano Ponticipe sufrió un atentado a manos de esbirros imperiales al que sobrevivirá del veneno, todas las calamidades vividas y estrategias de sus enemigos no consiguieron que renunciara jamas. 

Un domingo de Pentecostés, 23 de mayo del años de Nuestros Señor de 1423 a los 95 años, fallecerá el Ilustre aragonés, Don Pedro de Luna “Papa Luna”. 

Fue inicialmente enterrado en Peñiscola para luego ser trasladado sus restos a su natal Illueca. El odio que el emperador alemán le tenia, tal vez hicieron que sus restos fueran ocultados por sus fieles en un lugar anónimo y así evitar que Segismundo hiciera lo mismo que en Constanza, desenterrando, juzgando y quemando al padre espiritual de los husitas, el teólogo John Wycliffe que había fallecido en 1384.

Desde aquí, le pido al catolicismo en general, que en su día le traicionaron, que levanten la condena y la dignidad para que Benedicto XIII, el Papa Luna, descanse en Paz


Nota: Tal vez ahora entendáis la frase: “sigue en tus XIII”, la dignidad de un aragonés que nunca cedió ante las presiones y mantuvo la cabeza bien alta y su entereza incorrupta.


Fuente: RED.
Autor: DESCONOCIDO.





2 comentarios:

  1. Pues sí que era una etapa un pelín convulsa... Ello explica la transformación desde teólogo a antipapa y hereje.

    Enhorabuena por esta nueva sección dedicada a personajes ilustres !

    ResponderEliminar
  2. ¡ Muchas gracias por tu opinión !.

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2 comentarios:

  1. Pues sí que era una etapa un pelín convulsa... Ello explica la transformación desde teólogo a antipapa y hereje.

    Enhorabuena por esta nueva sección dedicada a personajes ilustres !

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  2. ¡ Muchas gracias por tu opinión !.

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