viernes, 20 de febrero de 2015

CONQUISTA DE ZARAGOZA POR ALFONSO I (Parte I )

Alfonso I prepara el asedio de Zaragoza


Alfonso estaba deseoso de regresar a sus estados patrimoniales, donde le aguardaban empresas más en armonía con su temperamento, y aquí cosechará éxitos perdurables, que ni los mismos cronistas castellanos, enemigos suyos, intentarán disimular. Antes tenía que dejar tranquilo y afirmado el sector castellano, del que se consideraba soberano, no sabemos si por tratarse de bienes especiales aportados por Urraca al matrimonio o como reivindicación de territorios arrebatados a Navarra antes de su incorporación a Aragón. Se cuida de poblar y fortificar la frontera de los montes de Oca, y aún sigue manteniendo guarniciones en Burgos, Castrojeriz, y en Carrión.
La conquista de Zaragoza. Sería el acontecimiento militar más importante después de la conquista de Toledo, y no dejaba de presentar sus dificultades.

De una parte, al estar situada la plaza en la orilla derecha del Ebro, era preciso contar con bases suficientes en este sector, no sólo para completar el cerco, sino para rechazar a las fuerzas que pudieran llegar en socorro de la plaza. Era preciso también contar con los medios técnicos para asaltar las fuertes murallas de origen romano, cuyo recinto estaría todavía completo, y que tanto ponderan los autores musulmanes. No sabemos la actitud que tomó Imad al-Dawla ante el cerco de Zaragoza. Si bien no hay noticia de que se pusiera de parte de los sitiadores, no creo que ayudara tampoco a los sitiados. La conquista se presentaba así como una empresa netamente cristiana, llevada a cabo por el rey de Aragón con sus vasallos, amigos y parientes de la otra parte del Pirineo.
En efecto, el 8 de julio de 1117 Alfonso estaba a las puertas de Zaragoza acompañado del vizconde Gastón de Bearn y de su hermano Céntulo, sin duda para reconocer las murallas de la plaza y tantear las fuerzas enemigas. Los dos hermanos, Gastón y Céntulo, llevarían al Midi francés una impresión fresca de las posibilidades, y comunicarían su entusiasmo a otros señores ultrapirenaicos. A comienzos del año siguiente se había reunido un concilio en Toulouse en el que fue aprobada la expedición a España, que venía así a alcanzar los honores de Cruzada. Se dice que asistieron a dicho concilio los arzobispos de Arles y Auch, y los obispos de Lesear, Pamplona, Bayona y Barbastro, de estirpe francesa todos ellos. Muy reciente todavía el recuerdo de la primera Cruzada a Tierra Santa, que había conmovido a las gentes del Midi, el entusiasmo se propagó a todas las clases sociales.
El hijo del vizconde de Labourd, que había decidido consagrarse a Dios en el monasterio de San Juan de Sorde, antes de entrar en el claustro quiso asistir al sitio de Zaragoza y, careciendo de recursos para tomar parte en la expedición, vende al abad Guillermo Martel la mitad de la iglesia y diezmo de San Félix de Garris. El vizconde de Carcasona, Bernardo Atón, que ya había acudido a Tierra Santa como cruzado, según vimos, ahora, cumpliendo un deber de vasallaje hacia el rey de Aragón, se preparaba a emprender el camino de España, otorgando testamento el 7 de mayo de 1118.
Los cronistas musulmanes nos cuentan que, convocados los franceses por el rey de Aragón, «se colocaron bajo su estandarte como enjambres de langostas u hormigas». En su mayoría eran jinetes y arqueros. Un autor árabe dice que concurrieron en número de 50.000 caballeros, cifra notoriamente exagerada. Quien más trabajó en esta labor de propaganda fue el obispo de Huesca, Esteban, que ya sabemos gozaba de la plena confianza real.
Acudieron los señores feudales de la frontera ultrapirenaica: el vizconde Gastón de Bearn, su hermano Céntulo, conde de Bigorra; Bernardo, conde de Comminges; Pedro, vizconde de Gabarret, casado con una hija de Gastón de Bearn; Auger, vizconde de Miramont o de Tursan; Arnaldo de Lavedan; Guy de Lons, obispo de Lesear. Todos ellos estuvieron presentes en la toma de la ciudad.
La figura más representativa era el vizconde Gastón de Bearn, casado con Talesa, prima por línea bastarda del rey de Aragón. Estaba afincado en Aragón desde años atrás, pues en 1113 le vemos como sénior o tenente de Barbastro. Sin duda fue él quien aportó mayores contingentes y el que mandaba la hueste ultrapirenaica. Para derrocar las murallas, los sitiadores venían provistos de elevadísimas torres de madera montadas sobre ruedas, por medio de las cuales podían sus hombres aproximarse a las murallas; trajeron también máquinas tonantes que emplazaron contra la ciudad, y veinte almanajeques. Este material de sitio sería aportado por los bearneses, cuyo vizconde Gastón había sido ya escogido por los duques de Lorena y Normandía y por el conde de Flandes, en la toma de Jerusalén, para dirigir la construcción de máquinas de ataque, por su conocida habilidad e ingenio en estas artes.
Según Zurita, a mediados de mayo este ejército «franco» estaba ya congregado en la laguna de Ayerbe, y de aquí pasó a ocupar la plaza de Almudévar, todavía en poder musulmán, lo mismo que las de Salcey, Sariñena, Robres y orillas de Gállego, Gurrea y Zuera, con lo que quedaba expedito el camino hasta Zaragoza.


FUENTE: Red
AUTOR: José María Lacarra, del libro "ALFONSO EL BATALLADOR".


3 comentarios:

  1. Leído así, el final se veía venir... Muy bien planificado, con dinero, abastecimientos y buenos elementos bélicos. Vamos, que se coordinaron de forma decidida en cruzada y el ánimo estaba por las nubes.
    Creo que fueron 50.000 millones de jinetes, no 50.000 xD xD xD !
    Lo cierto es que el Reino de Aragón era fuerte, algo imprescindible para conseguir el éxito.
    Nota: Me hizo gracia leer de nuevo el nombre de Urraca...
    (¿Carrión que es, Carrión de los Condes de Palencia?)
    Gracias por el post !!

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  2. Doña Urraca, era hija del rey Alfonso VI y de Constanza de Borgoña. Estaba casada con Raimundo de Borgoña. Éste era un noble francés y fue el que se encargó de organizar una cruzada (bajo las órdenes del rey Alfonso VI) contra los almorávides ("monjes-soldados" que provenían de los grupos nómadas del Sahara ).En cuanto a Carrión por lógica, creo que efectivamente es Carrión de los Condes.
    ¡ Muchas gracias por comentar !.

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3 comentarios:

  1. Leído así, el final se veía venir... Muy bien planificado, con dinero, abastecimientos y buenos elementos bélicos. Vamos, que se coordinaron de forma decidida en cruzada y el ánimo estaba por las nubes.
    Creo que fueron 50.000 millones de jinetes, no 50.000 xD xD xD !
    Lo cierto es que el Reino de Aragón era fuerte, algo imprescindible para conseguir el éxito.
    Nota: Me hizo gracia leer de nuevo el nombre de Urraca...
    (¿Carrión que es, Carrión de los Condes de Palencia?)
    Gracias por el post !!

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  2. Doña Urraca, era hija del rey Alfonso VI y de Constanza de Borgoña. Estaba casada con Raimundo de Borgoña. Éste era un noble francés y fue el que se encargó de organizar una cruzada (bajo las órdenes del rey Alfonso VI) contra los almorávides ("monjes-soldados" que provenían de los grupos nómadas del Sahara ).En cuanto a Carrión por lógica, creo que efectivamente es Carrión de los Condes.
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