lunes, 10 de noviembre de 2014

CÓMO SE REZA UN ROSARIO

MODO DE REZARLO:

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

1. Se empieza a rezar tomando la cruz del Rosario

Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el Cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos. Antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los Cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.




2. En la primera cuenta:

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación; más líbranos del mal. Amén.

3. En las tres primeras cuentas chicas:

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

4. En cada una de las otras (grandes) cuentas separadas:

.- Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

.- Oh Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. (Oración de Fátima)

.- Se anuncia el misterio que corresponde.

.- Padre Nuestro.

5. En los grupos de 10 cuentas chicas:

Se rezan 10 Ave Marías meditando sobre el misterio anunciado.

Al final del Rosario: Gloria; Oh Jesús mío; y la siguiente oración:

San Miguel Arcangel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén


.- Los Misterios del Santo Rosario:

Misterios Gozosos (lunes y jueves)


1. La Anunciación (Lucas I, 26-38). Fruto: La virtud de la humildad.

2. La visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel (Lucas I, 26-38). Fruto: El amor al prójimo.
3. EL Nacimiento del Niño Jesús en el portal de Belén (Lucas II, 1-20). Fruto: Espíritu de pobreza.
4. La Presentación del Niño Jesús en el Templo y la Purificación de Nuestra Señora (Lucas II, 21-40). Fruto: La obediencia y la pureza.
5. El Niño perdido y hallado en el Templo (Lucas II, 41-52). Fruto: Buscar siempre la voluntad de Dios.


Misterios Dolorosos (martes y viernes)

1.La Agonía de Nuestro Señor en el huerto (Lucas XXII, 39-46). Fruto: La contrición por nuestro pecados.
2. La Flagelación de Jesús atado a la columna (Juan XVIII, 36-19; 1). Fruto: La mortificación del cuerpo.
3. La Coronación de espinas (Mateo XXVII, 27-31). Fruto: La mortificación del orgullo.
4. Jesús lleva la Cruz a cuestas (Lucas XXIII, 26-32). Fruto: La paciencia en las tribulaciones.
5. La Crucifixión y muerte de Nuestro Señor (Lucas XXIII, 33-49). Fruto: El don de sí mismo para la obra de la Redención.

Misterios Gloriosos (miércoles, sábado y domingo)

1. La Resurrección en gloria de Nuestro Señor Jesucristo (Lucas XXIV, 1-12). Fruto: La Fe.
2. La Asención de Nuestro Señor Jesucristo (Hechos I, 4-11). Fruto: La Esperanza y el deseo del Cielo.
3. La Venida del Espíritu Santo (Hechos II, 1-13). Fruto: La Caridad y los dondes del Espíritu Santo.
4. La Asunción de María Santísima en cuerpo y alma al Cielo. Fruto: La gracia de una buena muerte.
5. La coronación de Nuestra Señora como Reina del Cielo y de la Tierra (Apocalipsis XII, 1). Fruto: La verdadera devoción a la Santísima Virgen.




Aquí os dejo otra imagen más abreviada de cómo se reza el rosario. Espero que os sea de más utilidad.





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martes, 4 de noviembre de 2014

DÍA DE TODOS LOS SANTOS



Se nos fue el mes de Octubre para dar paso a Noviembre con la festividad de TODOS LOS SANTOS.

Todos los Campos Santos ya están limpios, arreglados con flores, encalados algunos panteones. Pero vuelven a estar vacíos, tan sólo recibirán las escasas visitas que llevamos a cabo los que estamos en el pueblo.

Corrían los años 70 y buena parte de los 80, cuando se tenía como tradición el rezar una novena por los difuntos a partir del día 2.
Dicha novena o rosario, la realizaba la Sra. Ascensión Gareta (ya fallecida).

Todavía conservo en la “retina” de mi memoria la imagen de las mujeres rezando. Se ponían en forma de círculo, esperando a que empezase el rezo la Sra. Ascensión que era portadora de un rosario. Algunas mujeres todavía iban vestidas con ropas antiguas y de negro (faldas negras, sayas, enaguas, chambras,e incluso pañuelo en la cabeza...), excepto la Sra. Ascensión que llevaba un abrigo largo, por supuesto de color negro, a juego con las medias y los zapatos de tacón. El cuello del abrigo, estaba cubierto con una piel que se asemejaba al visón, pero de color blanco y algo de negro. ¡ Era toda una “institución” rezando el rosario.

También recuerdo que cuando fallecía algún vecino, íbamos a velarlo.
El día anterior al entierro, se oraba un rosario en la casa del difunto. Preparaban pastas, moscatel, torta..., e incluso llevábamos sillas por si no tenían. Se formaba un corrinche y rezábamos el rosario y al mismo tiempo dábamos el pésame. Al día siguiente, como era de mandar, íbamos a misa, y luego acompañábamos a la familia y al difunto, el cual era trasladado en hombros hasta el cementerio, dónde de nuevo dábamos el pésame y dónde otra vez se realizaba una oración. Creo recordar que era el alguacil, que al mismo tiempo hacía la función de enterrador...el Sr. Jesús.

Hoy tenemos la suerte de tener el Tanatorio, aunque resulte “ frío “ , pero por lo menos la familia puede descansar psicológicamente y puede enfrentarse mejor a la pérdida del familiar o amigo.

Estuve conversando con algunas mujeres sobre éste tema, y todas me dijeron lo mismo...”es una lástima que ciertas tradiciones desaparezcan”.

Estoy totalmente de acuerdo con ésa opinión...


¡ GRACIAS POR LEERME...!








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